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No tengo tiempo!

 



A Diario se escuchan expresiones similares al título del presente artículo, hay otras familiares como: "no pare en todo el día, estoy laburando a full" y es que aparentemente parar es algo vertiginoso, mucho más que seguir en ese ritmo incesante que nos demanda el "tengo que" que muchas veces nos autoimponemos. 

 

Parecería que luego del aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO) todo voló por los aires. Las rutinas, las actividades y entre otras cosas la salud mental. 

Y si, era lógico que un año de encierro total iba a tener sus consecuencias en el psiquismo, no íbamos a salir indemnes de esa, depresión, ansiedad e incluso dificultades para volver a las rutinas presenciales. (Esto último lo vi y continúo viéndolo en niñ@s que no quieren ingresar al colegio, algo más atípico prepandemia) o en comentarios de mis amig@s que me dicen "tengo que volver presencial a la facu es una paja". 


Todo esto es consecuencia de la adaptación que debimos hacer durante aquellos tiempos, los zooms infinitos con presentaciones de powerpoint para trabajar con l@s peques, una oferta ilimitada de material para trabajar con la niñez y específicamente la población que tiene una condición del espectro autista al cual me dedico. 

En ese tiempo (como si hubieran pasado 20 años) se escuchaba mucho la frase " Ya nada va a volver a ser como era, la tecnología llegó para quedarse", ¿y adivinen qué? una vez que empezamos a retomar nuestras actividades presenciales también empezaron a volver muchas cosas de las que hacíamos prepandemia (no emito juicio de valor al respecto, muchas me parecen adecuadas). Si es cierto que pudimos agilizar en un formato de reuniones online o cursos en esta modalidad que no era posible prepandemia (en relación a mi práctica profesional).



Ahora no me quiero ir mucho de tema al respecto, pero volviendo al eje, el tiempo, hay un efecto evidente en relación al mismo, no es que pre-pandemia no vivíamos a full y ahora sí lo hacemos, creo que terminó de emulsionar, como si la pandemia hubiera sido ese catalizador que aceleró el proceso químico y hoy estamos viendo sus efectos. 


Porque me preocupa esto de no tener tiempo y vivir a full 24/7: 


Las ideas generalmente se conciben en estado de plena conciencia, esto quiere decir pudiendo pensar en una sola cosa a la vez (el multitasking acá no va), cuando aparecen proyectos quiere decir hubo una idea preconcebida o quizás un robo de la misma, pero las buenas ideas llevan tiempo, no aparecen acabadas y ya. pum apareció y es un gol, generalmente las mismas hay que ir perfeccionándolas y adecuándolas al plano real, difícil es que una idea coincida totalmente con este plano. 

El mundo se rige por ideas, el capitalismo es una idea (algun@s estarán en contra y otros a favor, pero es una idea y ya). Cada vez que vemos un determinado modelo de diagnóstico o de tratamiento, sepamos que fue preconcebido en una idea que llevó muchos años en terminar siendo ese modelo. 

A modo de síntesis lo que quiero resaltar es que las ideas son las que nos mueven de ese status quo y nos hacen evolucionar (para bien o mal), vivir en un mundo lleno de distractores donde no hay tiempo para pensar va a impactar necesariamente en nuestro desarrollo cognitivo, (y no estoy hablando del impacto comunicacional y social que da para otro texto). 


WhatsApp Un ejemplo ilustrativo: 

¿Alguna vez les mandaron un audio que dice?: "te mando un audio porque estoy a las corridas..." 

Analicémoslo en profundidad: podemos suponer que es una situación urgente, que la persona puede estar trasladándose, ok, puede suceder, el problema es cuando recibimos un audio de esta índole y la situación no era urgente, quizás la persona se acordó en ese momento y nos mandó para no olvidarse.

Uno de los grandes problemas que veo en los audios es la cantidad de tiempo que nos quitan a diario: los profesionales vivimos a menudo con ese problema y costumbre, vivimos comunicándonos a través de audios, a razón de 2 minutos de audio por conversación, (es más lo que me quedo corto que lo que exagero), teniendo 20 conversaciones por día ya alcanzamos 40 minutos solo de audios. 


No soy un fundamentalista del texto, pero si lo soy del tiempo, y creo que muchas veces la falta de tiempo tiene que ver con malas prácticas que empleamos a cotidiano. El tema de los audios es una y muchas veces la gente se enoja si uno marca que no se comunica por este medio. 

Estamos en un momento donde la tecnología nos atraviesa por completo, me gusta la expresión de que el celular es una extensión de nuestro cerebro. 

El mismo es una herramienta muy útil como la computadora a través de la cual estoy escribiendo en este momento. 

El problema radica en la frecuencia que utilizamos o el fin en sí, yo tengo redes sociales trato de manejar el uso de las mismas, muchas veces pierdo, necesito más dopamina y ahí estoy salivando como perro de Pavlov, pero soy consciente de que no está bien y trato de cambiarlo, de limitar e incluso restringir el uso de las mismas, no es extremismo, es entender de lo que me estoy perdiendo. 



De crear, capacitarme, entrenar, o pasear a mi perro, todo eso es lo que puedo hacer si muchas veces limito el uso de distractores que me llevan a enredarme en efecto bucle. 

 

Hay una serie de consejos muy útiles para potenciar nuestro tiempo: 



1. Sacar las notificaciones del celular. 

2. Dejar el celular lejos de nuestro alcance. 

3. Crear una lista de cosas para hacer en relación a nuestro bienestar o crecimiento personal. 

4. Hacer una lista de cosas que no hay que hacer en relación a distractores que potencien una pérdida de tiempo (perdón, pero es eso). 

5. Limitar nuestro tiempo de uso de redes sociales, úsalas, pero un ratito no te la pases scrolleando. 

6. llegar acuerdos sobre el medio de comunicación, para profesionales WhatsApp puede ser un arma de doble filo, escribir permite organizar la información y ser mucho más directo en lo que se transmite. 

 

Ustedes, ¿qué consejos agregarían a esta lista?


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