Sobre la autonomía y la caja de cristal:
La
autonomía es una de las capacidades más importantes que tenemos o deberíamos tener
las personas, el poder de decisión y acción ante situaciones que son acordes a
nuestra edad y nuestros recursos, esto no implica dejar todo librado a la
suerte del niñ@ o del adolescente sino de crear los apoyos u ayudas pertinentes
para que este pueda resolver la situación que se le presenta.
Erróneamente
pensamos que la autonomía, (al igual que otras temáticas como sexualidad) debería
ser trabajada en la adolescencia, quizás en esta etapa es donde se marca la
necesidad del/la joven de comenzar a influir en su realidad inmediata por sus
propios medios.
Esta
capacidad tiene que ser tomada en cuenta a lo largo de todo el desarrollo en
las personas, desde muy chicos l@s niñ@s tienen y ejercen capacidad de decisión,
al engancharse en determinadas pautas u objetos, elección de juguetes, entre
otras.
Brindar independencia
en un marco adecuado brinda la posibilidad del desarrollo de aspectos como la
autoestima, poder de decisión, resolución de problemas, creatividad. Empodera a
las personas para una vida adulta donde deberán ejercer dicha capacidad en
todos los ámbitos de su vida.
En los
grupos de socialización que dirijo, más allá de la edad de l@s participantes,
brindo momentos de decisión y acuerdo, donde son ell@s donde deben decidir y
ponerse de acuerdo (esta tarea no es fácil), en ocasiones me retiro de la
conversación dejando que intercambien, es ahí donde uno puede ver
los avances y desafíos para poder generar mejores intervenciones.
Resolver
por otr@s es retirar oportunidades de crecimiento, de fortalecer y por sobre
todas las cosas de aprendizaje, fuente de todas las experiencias que vamos
construyendo como human@s.
Vygotsky
hablaba de esto con su concepto de Zona de desarrollo próximo, el encuentro
entre el adulto y el/la niñ@ que permite la construcción de diferentes
aprendizajes, hacer por otro que puede hacer no implica dar oportunidades de
desarrollo, todo lo contrario, las retira.
Muchas veces nos invade el
temor al fracaso, miedo a que no pueda resolverlo y que se angustie, y
justamente esto no es lo que debemos evitar, el fracaso es una de las victorias
más importantes que debemos aprender a manejar, nos permite volver a
intentarlo, revisar nuestros errores y practicar en las habilidades necesarias
para concretar la tarea propuesta.
Ser autónomo
no significa vivir en libertinaje, sino, poder confiar en los atributos de la
persona para que aprenda a resolver las situaciones acordes a su edad y marco
de acción.
Un ejemplo
ilustrativo es cuando queremos enseñar a andar en bicicleta sin ruedas de
apoyo, al principio estas son necesarias para que la persona se habitúe al uso
del vehículo, luego las retiramos y sucede el momento mágico, vamos acompañando
por detrás y en el momento justo soltamos y dejamos que la persona recorra por
sus propios medios…
¡Animémonos
a romper la caja de cristal!
Me encanta como escribis! Muy buen artículo! Gracias por compartir tu conocimiento
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